Inequidad: clases media y baja siguen cargando al Estado
El Paraguay afronta desde hace tiempo gobiernos que se abocan en obtener la mayor cantidad de recursos de los menos favorecidos para ponerlos al servicio de los más beneficiados.
Para ilustrar mejor, desde el diario 5días nos comunicamos con Bader Torres, analista tributario y consultor, quien explicó cómo está compuesta la estructura tributaria. Esta consiste en dos tipos de impuesto, el directo y el indirecto.
IMPUESTOS DIRECTOS E INDIRECTOS
Los impuestos directos son los que se aplican en forma directa sobre una manifestación de la capacidad económica de un patrimonio o de la obtención de una utilidad o renta, que realiza el contribuyente. ‘‘Gravan directamente el dinero que obtienes invirtiendo o realizando una actividad, excluidas las de carácter personal, lo que menciona la Ley 2421/04 como hecho generador”, explica Torres.
En cambio, los impuestos denominados como indirectos gravan el consumo de bienes y servicios, no dependen de las características o posesiones del contribuyente, sino del producto mismo, es decir no repercuten sobre la renta del contribuyente, sino sobre el consumo que se realice, por tanto recae finalmente sobre el consumidor, tal es el caso del denominado Impuesto al Valor Agregado (IVA), el cual es pagado por el que finalmente consume el producto o al usar un servicio, siendo el IVA la principal fuente de financiación del Estado.
PRINCIPALES APORTANTES
El analista explica que la fuente de recaudación del Estado es el IVA, lo que al año 2016 representa el 53% de la recaudación total del Estado en concepto de impuestos, mientras que los demás impuestos representan el restante 47% de la recaudación total. “Podemos decir que el consumidor final o los ciudadanos son los principales aportantes de la recaudación total del Estado, manteniendo la estructura del mismo”.
DESEMPEÑO TRIBUTARIO
Por otro lado, el ex ministro de Hacienda Dionisio Borda, en conjunto con Manuel Caballero, ex viceministro de Economía, en su artículo denominado ‘‘Desempeño e institucionalidad tributaria en el Paraguay’’, del Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya, describe con un promedio de 11,7% en el período 2006-2015, la presión tributaria del Paraguay es baja con relación al nivel de desarrollo del país y al promedio de América Latina y, en ese sentido, las reformas dirigidas a mejorar la imposición directa no han tenido los rendimientos esperados.
Explica que en el mismo período se observa la creciente importancia del IVA y la pérdida de relevancia del ISC y de los impuestos sobre el comercio internacional y que la estrategia de la administración está centrada en la mejora del control para disminuir la evasión de impuestos y ampliar la base de contribuyentes. Pero estos esfuerzos no se tradujeron en un mejor nivel de la presión tributaria. Además de que el Gobierno es reticente en modificar los impuestos directos, especialmente el IRP. “La política pública actual pone mayor énfasis en el uso del endeudamiento que en la movilización de los recursos tributarios”, puntualiza.
HACEN FALTA REFORMAS
En lo que respecta a la recaudación tributaria, ambos analistas señalan que la autoridad tributaria no dispone actualmente de todos los mecanismos deseables para combatir eficazmente la evasión impositiva. “Hace falta una serie de reformas que definan mejor el concepto de evasión impositiva, los castigos correspondientes y el rol institucional de la autoridad tributaria en esos casos”, enfatiza.
Siguiendo con el análisis del Cadep, destacan que otro factor que influye en el sostenimiento de las recaudaciones se trata de las exoneraciones fiscales que representan el 1,69% del PIB en 2015, y que por medio de la promulgación de la ley 5.542/2015, otorga la invariabilidad tributaria del impuesto a la renta de las empresas hasta un plazo de veinte años, hipotecando reformas futuras. Es decir, en un contexto de bajas tasas impositivas se refuerza la práctica de las exoneraciones fiscales que, sin un claro y medible beneficio económico y social, priva al Estado de importantes recursos.
A todo esto, finalmente se debe agregar que la participación del IRP en la estructura tributaria representa una cifra mínima del 3,2% en 2015, así también el mismo caso se da con el Iragro de solo 0,2% del PIB, que son impuestos que afectan a contribuyentes que generan mucho más ingresos y que por no realizar reformas no se puede mejorar la participación de la imposición directa a niveles similares a los vigentes en la región.