La lámpara votiva, que estaba en el Panteón desde 1936, tras el cese de fuego de la Guerra del Chaco, posiblemente era de procedencia italiana, comentó a 5días el broncista Estanislao Gonzalez, quien ha realizado innumerables trabajos de restauración para el Estado y para la Iglesia.
Por encima del valor material se encuentra el valor cultural de la pieza sustraída, declaró Óscar Salerno, de la Secretaría Nacional de Cultura. La lámpara se encontraba en la oficina del recinto y no en su sitio debido a que acababa de ser restaurada, continuó diciendo.
Por otra parte, el objeto se encuentra asegurado dentro del contrato de adjudicación de la obra, sin embargo se trata de algo irreemplazable.
Si bien es cierto que existe un mercado negro de obras de arte en el que el Paraguay ha perdido mucho de su patrimonio cultural, lo peor que podría pasar sería que la misma sea fundida aunque todavía quedan esperanzas de recobrar el objeto, tarea a cargo del Ministerio Público.