Los franceses celebran y Europa respira, proclaman los sitios informativos del viejo continente. El triunfo de Emmanuel Macron y su partido En Marcha por el 66% de los votos emitidos en segunda vuelta parece asegurar un clima de estabilidad institucional y, a la vez, algo así como la perspectiva de marchar hacia una “nueva política” de manos del que será el presidente más joven de Francia. Macron quiere no sólo permanecer en la Unión Europea sino fortalecerla, conservar el euro y poner a dieta al servicio público francés reduciendo el número de funcionarios en 120.000 plazas, prohibiendo de paso a los diputados la contratación de familiares.