La cabeza hace crecer al negocio
COMENTARIO
Rodrigo Arturi
Ingeniero Comercial
Director Ejecutivo
Initiative Consultores
En el mundo globalizado donde vivimos, presenciamos la alta competitividad de marcas y empresas que buscan hacer rendir sus esfuerzos y recursos, así también obtener mejores resultados. Si establecemos ciertos parámetros de comparación nos daremos cuenta de que muchas son similares en estructura y en fondo, sin embargo, la diferencia está en quién se sienta en la punta de la mesa.
El líder necesario para incentivar el crecimiento de la empresa es aquel que reúne las características y capacidades para motivar al equipo, dando la debida atención a los diferentes talentos que allí se encuentran, creando un sistema de comunicación abierto e imprimiendo confianza para animar a sus empleados a conseguir llegar a las metas.
Lo más importante a la hora de escoger a quien dirigirá la empresa es saber si esa persona posee una visión estratégica enfocada a las metas empresariales. ¿Cómo hacerlo? Hoy en día debido a la diversidad de funciones que los empleados puedan llegar a cumplir es necesario preguntar e indagar sobre los resultados alcanzados en trabajos y proyectos anteriores, cuáles fueron los recursos utilizados y cuál fue el norte estratégico de acuerdo al criterio del candidato.
Consecuentemente, se debe demostrar el crecimiento del negocio, el desarrollo de los miembros del equipo de trabajo, los ratios de rotación del personal. No debe tenerse miedo de cuantificar los resultados creyendo que se ignorará así el factor humano del trabajo, sino que medir la efectividad y el desempeño del ejecutivo se vuelve más fácil a la hora de revisar las metas propuestas y las alcanzadas, es así que conseguimos analizar mejor la rentabilidad de un negocio.
Un ejecutivo a la cabeza de la empresa debe ser capaz de generar e incentivar cambios cuando lo sean necesarios y poder comunicarlos a toda la empresa, haciéndolo de tal manera que anime a los demás a adaptarse positivamente mediante una definición clara de roles y funciones, plazos y acciones, de propósitos y metas.
Es de extrema necesidad que el líder consiga delegar reconociendo y escuchando el estilo de trabajo de cada miembro, motivando y generando una buena dinámica entre el equipo. Cada persona tiene necesidades y motivadores diferentes: las personas más calmas buscarán estabilidad laboral, las más ambiciosas llegar a las metas propuestas y hasta sobrepasarlas, etc. La clave es saber reconocer los talentos y habilidades del personal y generar un sistema de trabajo que recompense esos dones y gustos particulares.
Son estas, y otras más, las competencias que deben ser colocadas en el marco de gestión que permita a la empresa dirigirse hacia un efectivo alcance de metas y resultados. Por ello es importante, tener definiciones y requisitos claros en relación a los integrantes de la mesa gerencial, tener un diagnóstico, definir acciones y generarlas dentro de un sistema que reconozca los talentos y capacidades de los individuos motivándolos a crecer profesionalmente.
Finalmente, cabe mencionar que uno de los mayores desafíos para las empresas actuales es reconocer el talento necesario para gerenciar sus propias organizaciones y medir los resultados sistemáticamente. La performance de una empresa se encuentra proporcionalmente ligada a la toma de decisiones por parte de los ejecutivos que son la cabeza. Es momento de reconocer talento y saber elegir.