Temiendo que la Serie C pudiera hacer que Bombardier se convirtiera en “otro Airbus”, Boeing convenció con éxito al gobierno de Donald Trump para que aplicara enormes aranceles al avión, aunque en realidad no ofrece un producto similar. Pero si Boeing pensaba que Bombardier iba a ser derrotado, estaba muy equivocado.
Airbus ahora puede llevar todo el peso de sus ventas internacionales, cadena de suministro y capacidades de mantenimiento a la Serie C. Y al agregar un ensamblaje final para el avión en Alabama, Airbus podría hacer que los estadounidenses piensen dos veces sobre esos aranceles punitivos (¡empleos para los trabajadores estadounidenses!).