El miedo al cambio es parte de la condición humana. Algunos ensayistas estiman que es natural que el hombre se resista a cambiar porque no acepta la incertidumbre emergente y lo quiere todo “atado y bien atado”, como expresara el caudillo español Francisco Franco horas antes de morir sin saber que aquel paquete –una España ansiosa de libertad- se desataría cuando la tierra aún no se había asentado sobre su tumba. “Equipo ganador no se cambia” dicen los técnicos del futbol, aserto adoptado por políticos y hombres de empresa. “Siempre se hizo así y no hay razón para cambiar” aseguran los conservadores ante cualquier propuesta de ensayar fórmulas nuevas. Hay mil variables de propuestas para el cambio, como infinitos son los caminos de la realización humana.