Los países de nuestra Comunidad Iberoamericana deben tratar de eludir sumergirse en debates interminables que no conducen a nada práctico. Aparcar temas que tienen su importancia, pero sin duda menor que otros que resultan decisivos para subirnos al tren de la modernidad, de la revolución digital y el desarrollo inclusivo. Tenemos que apostar más, y decididamente, por la innovación.