No, señor obispo Escobar. Ud. no tiene idea de lo que ha dicho. Nadie merece el exilio, por inútil, corrupto o sinvergüenza que sea. Si alguien, en el ejercicio del poder, robó, malversó y se enriqueció al margen de la ley, para eso está la ley, para juzgarlo y, si hubiere lugar, condenarlo. Si un político muestra, aparte de su condición de ladrón, incapacidad manifiesta en el ejercicio de su cargo, hay caminos previstos por la Constitución para privarlo de su cargo. O, en última instancia, negarle el voto en la próxima elección.