Los gigantes tecnológicos de Estados Unidos, las empresas europeas de telecomunicaciones, el capital de riesgo japonés y el Gobierno del Reino Unido han reunido una inversión de 1.000 millones de libras esterlinas (US$1.400 millones) en el sector británico de inteligencia artificial, en tanto los Gobiernos sopesan cómo competir con China en ese campo.