Ya que el Poder Legislativo está estudiando una actualización de la carta orgánica del Banco Central del Paraguay, sería bueno preguntarse si no es hora de rever también las competencias del BCP en el cálculo del índice de precios al consumidor (IPC) y del porcentaje de inflación. Cuando en 2011 el Paraguay adoptó el esquema de metas de inflación seguía el derrotero de los países centrales que la crearon en los años ’90 (Canadá, Noruega, Reino Unido) a los que se sumarían luego Brasil y Chile (1999). Adoptar este indicador implica un compromiso institucional con la estabilidad de precios como objetivo principal de la política monetaria.