Provoca hartazgo tener que abordar, con tanta frecuencia, la manera como los políticos convierten al Estado en un botín de guerra y a la ciudadanía en rehén de sus ambiciones desbordadas de bulimia por el dinero.
Provoca hartazgo tener que abordar, con tanta frecuencia, la manera como los políticos convierten al Estado en un botín de guerra y a la ciudadanía en rehén de sus ambiciones desbordadas de bulimia por el dinero.