Con el argumento de que no es lo mismo un banco comercial que una cooperativa (chocolate por la noticia), los cerriles opositores a la creación de una instancia de superintendencia independiente de entidades cooperativas agitan el ambiente confiando en desanimar a los legisladores a avanzar con alguna iniciativa en esa dirección. Vivimos en el atraso y la opacidad porque nos repugna ser auditados y supervisados.