Si todo lo que tiene el Gobierno para reactivar la economía es aumentar el gasto de capital en obras públicas, estamos en apuros. ¿Por qué? Porque en el siglo de la tecnología robotizada, emplear mano de obra masiva es perfumar el muerto, crear empleo no necesario que podría fácilmente ser reemplazado por procesos maquinizados. Se dirá que el objetivo es precisamente ese, generar puestos de trabajo entre los cuales repartir salarios que dinamizarán el consumo y ayudarán a mover la economía.