Vano intento por hacer creer a la ciudadanía que se está recortando el gasto público es lo que sale de la anómala “cumbre de poderes”. Es como ahorrar la papa del loro, una lastimosa cuenta de almaceneros. Bajar los servicios de catering, reducir el presupuesto en ceremonial, viajar en clase económica, menos subsidios familiares… patético. Pintar la mona, perfumar el muerto… todas las figuras retóricas imaginables sirven para describir lo que sale de estas adustas sesiones en las que los grandes jefazos del Estado segregan “medidas” que no llevan a ninguna parte.