El martes por la mañana, una horda tumultuaria de taxistas rodeó la Municipalidad de Asunción sellando entradas y salidas, obstruyendo la circulación por la avenida Mariscal López y calles laterales y generando un caos en el tránsito de proporciones gigantescas. Miles de personas quedaron atrapadas en aquel nudo sin poder continuar viaje rumbo a sus obligaciones, pasatiempos o lo que fuere. Los voceros de la algarada no paraban de proferir amenazas, la más común de las cuales era: “Acá no entra ni sale nadie (de la Municipalidad) hasta que nos atienden”.