El interrogante no tendría sentido si antes no dijéramos que en el Paraguay –y en muchos países de la región, no nos engañemos-los sinsentidos son mucho más frecuentes de lo que imaginamos: ¿Se crea una empresa para emplear gente… o para producir riqueza que, como parte del proceso, genera empleo? En el sector privado, el interrogante no tiene sentido alguno. No así en el público, en donde hay oficinas enteras que son verdaderas entelequias, es decir, entes que tienen en sí mismos el principio de su acción y su fin, no el de prestar algún servicio al ciudadano.