En algunas ocasiones, los negocios pueden surgir al descubrir la verdadera vocación, a la emprendedora Ana Rodríguez le sucedió justamente eso, ya que en una ocasión una amiga le propuso vender algunas prendas, lo aceptó y se dio cuenta que era muy buena comercializando dichos artículos, de esa forma con el paso del tiempo decidió iniciar con su propia marca.