La agroindustria es uno de los sectores que se mantienen en constate desarrollo y año a año asume nuevos desafíos con el objetivo de posicionar al país entre los primeros dentro del rubro.
El desafío ahora es poder convertirse en un centro de procesamiento de materia prima agrícola, pues, son las actividades industriales las que generan mayores beneficios a una nación.
Desde la perspectiva de la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro) la agroindustria nacional se encuentra en una competencia con desventajas, porque en un país productor de materia prima como Paraguay, no se están tomando medidas acertadas para contrarrestar las distorsiones que se generan con las políticas de apoyo industrial que se aplican en otras economías de la región.
POLÍTICAS DE APOYO
A raíz de esta problemática, hoy vuelve a ponerse en el foro de debate, la generación de políticas y regímenes por parte del Estado para poder sentar postura y contrarrestar las barreras arancelarias, ya que de lo contrario se permiten “fugas” de materia prima y se desmotivan inversiones que podrían haber sido atraídas al Paraguay, pero terminan estableciéndose en otros países.
Según la abogada Sandra Noguera, Gerente de Cappro, entre la exportación de productos transformados y la salida de materia prima en estado natural, deberían existir diferenciales impositivos, ya que los volúmenes de inversión para la industrialización son mucho mayores, por lo que un costo diferencial en destino puede ser determinante en la decisión de seguir o no procesando soja dentro del país.
“INTERPRETACIÓN ARBITRARIA”
Esta situación se ve agravada por el hecho de que a las industrias procesadoras no se les devuelve el 100% del IVA, crédito generado por la exportación de productos industrializados, como lo prevé la Ley N° 5063 para tener un IVA diferenciado con relación a la exportación de soja en estado natural.
“Por una interpretación arbitraria del Decreto Nº 1029, se nos otorgó el mismo tratamiento tributario previsto para los exportadores de granos en estado natural, con lo cual se evidencia que las inversiones y riesgos de las industrias no son tomadas en cuenta en la política fiscal del Gobierno actual”, mencionó Noguera.
