Pensemos en cualquier cosa que hayamos hecho, estemos haciendo o tengamos que hacer. Por ejemplo, estoy escribiendo este artículo. Atiendo al ponente de una conferencia o al profesor en clase. Tengo que salir a comprar antes de que cierren la tienda. Parecen cosas sencillas de hacer, pero cada una de dichas acciones supone una serie de procesos cognitivos de elevado nivel que me permiten llevarlas a cabo.