Si se quiere reducir el déficit, se debe empezar a invertir en la niñez cuanto antes, y mejor aún en la etapa prenatal. El profesor Heckman, junto con un grupo de economistas, psicólogos, estadísticos y neurocientíficos ha demostrado que el desarrollo de la primera infancia influye directamente en los resultados económicos, sociales y de salud de las personas y, a la larga, de la sociedad en su conjunto. Condiciones adversas en el entorno social de las familias generan deficiencias en las capacidades de aprendizaje y destrezas que reducen la productividad y aumentan los costos sociales, lo que incrementa a su vez el déficit fiscal.
DESARROLLO
El desarrollo económico de largo plazo depende fundamentalmente de generar las condiciones para una sociedad ascendente en términos de ingresos y una fuerza laboral con alto nivel educativo y suficientemente calificada.
Y la mejor estrategia para lograr conseguir esto es la educación en la primera infancia. De acuerdo a lo que el profesor Heckman propone, la reducción del déficit solo vendrá de una inversión más inteligente tanto del sector público como privado. Los datos muestran que una de las estrategias más efectivas para el crecimiento económico es invertir en el desarrollo de la primera infancia en situación de riesgo.