Para los mayores compradores de petróleo en el mundo, la imposición de sanciones estadounidenses a Irán será como un dejavú.
A comienzos de esta década, antes de que el mercado del crudo se agitara debido a un exceso de oferta mundial, antes de que los precios se tambalearan debido a la mayor caída en una generación y antes de que el petróleo estadounidense comenzara a enviarse a todo el mundo, las refinerías de Asia debieron lidiar con medidas financieras internacionales destinadas a frenar el programa nuclear de la
República Islámica. Mediante la búsqueda de exenciones y siendo creativos con los pagos y el transporte, pudieron seguir comprando volúmenes limitados.