Estados Unidos y China continúan dirigiéndose hacia una posible guerra comercial, ya que las negociaciones sostenidas la semana pasada para cerrar la brecha entre los dos países terminaron sin conclusiones claras.
El gobierno de Donald Trump ha exigido ambiciosas concesiones de China para reducir el déficit comercial bilateral, abordar las prácticas comerciales mercantilistas de Pekín y abrir sectores clave de la economía china a una mayor competencia extranjera.