Cuando Tatiana Benítez volvió a nacer tenía solo seis años. Un trasplante de corazón fue la chispa que encendió nuevamente la energía que caracteriza a una niña de su edad, y ese aliento de vida le dio la oportunidad de escribir una nueva historia. Hoy, esa tierna niña que en el 2007 recibía un órgano para vivir, es una exitosa golfista que deja en alto la bandera nacional.