El viacrucis radiotelevisivo del Presidente de la República de días atrás revela una debilidad de liderazgo que se va tornando peligrosa para la gobernabilidad y la estabilidad de la República. No estamos diciendo que MAB haga lo contrario y se encierre en su bunker rechazando todo contacto con la prensa y con la opinión pública. Pero existen niveles de comunicación que un jefe de Estado no puede ignorar sino a riesgo de ver erosionado peligrosamente su liderazgo. Y precisamente eso es lo que hizo MAB, con las consecuencias imaginables.