Escenas rurales con ranchitos, lapachos y cocoteros, pobladas por campesinos y niños llenos de dulzura son las protagonistas de las obras de una de las figuras fundamentales del arte pictórico paraguayo: Luis Toranzos, que ya partió.
Su talento y formación autodidacta le permitieron expresar con candidez y soltura los temas costumbristas de la pintura figurativa premoderna que estaban tan de moda en la Asunción de la primera mitad del siglo XX.