La complejidad del manejo de empresas familiares desemboca, en la mayoría de los casos, en el fin de una firma que no logra sobrevivir sino hasta la segunda o tercera generación.
La complejidad del manejo de empresas familiares desemboca, en la mayoría de los casos, en el fin de una firma que no logra sobrevivir sino hasta la segunda o tercera generación.