Si el próximo gobierno ignora el gataflorismo y pone en marcha una gestión que apunte a un crecimiento con equidad, el país podría hacer marchar su economía y hacerla pisar el sacro suelo del “grado de inversión”. Sería un buen mensaje para los espantadizos capitalistas que buscan dónde anidar con seguridad y beneficio. Algo así como “sabemos manejar nuestro dinero, vengan e inviertan el suyo”. Mientras no lo hagamos, seguirán observándonos desde la gradería.