Durante el recientemente celebrado día de los trabajadores hemos escuchado discursos sobre lo buenos que son algunos empresarios en su misión de crear empleo. En este escenario, es preciso separar los verdaderos de los falsos mensajes. En primer lugar, nadie inicia un emprendimiento para crear empleo. Lo hace para concretar un proyecto y, de ser posible, ganar algún dinero. Hay que desconfiar de esos capitalistas que dicen venir al Paraguay “para invertir y crear empleo” cuando vienen seducidos por la baja presión impositiva, la mano de obra barata y que si bien existen regulaciones, en la práctica los controles no existen. Y el día que puedan reemplazar mano de obra por un software de producción, lo harán sin chistar sabiendo que la oficina del trabajo no va a molestarlos mucho tiempo.