De nuevo los vaivenes de la economía argentina ponen en jaque al comercio exterior paraguayo. Esta vez es el turno de la soja, que en 2018 fue en un 67 por ciento en grano al país vecino. Las plantas de crushing del eje industrial Buenos Aires-Rosario han estado importando soja paraguaya, alentados por un diferencial de rendimiento de hasta el 10% por encima de la oleaginosa argentina y amparadas en un régimen de admisión temporaria que hizo muy conveniente mandar el poroto a Argentina en vez de procesarlo localmente.