La economía paraguaya ha ingresado en un periodo de recesión tras dos trimestres de reducción de la producción y un año con varias reducciones de las expectativas a futuro desde distintos sectores, tanto desde el Banco Central como desde perspectivas de distintos analistas del sector privado. La situación se torna preocupante y parece no mejorar al coincidir con crispaciones políticas y falta de consenso en el gobierno.