Alguna vez el Ministerio Público deberá explicar por qué no ha abierto un expediente en averiguación de las maniobras que estuvieron a punto de desembocar en uno de los negociados más escandalosos con la energía eléctrica paraguaya en Itaipú. Ocurre que la ANDE estuvo en tratos, como si tal cosa, con un pillo de frondosos antecedentes cuyo prontuario se remonta a más de una década, con casos llevados ante la justicia ordinaria de San Pablo, Brasil, que probó en dos instancias decisivas los tratos tramposos del procesado. Y no fue cualquier negocio. Kleber Ferreira, CEO de la empresa Leros, fue condenado por incumplimiento de contratos en el mercado libre de energía brasileño, el mismo tipo de contrato que le iba a ser adjudicado por el Paraguay a través de la ANDE… si el pastel del acuerdo secreto no hubiera sido descubierto a tiempo.