No hay peor desorientado que el que no quiere entender. Es el caso de los burócratas del Gobierno, o mejor del Estado ya que esta condición atraviesa turnos enteros de gobernantes. El país les está diciendo que es una aberración que funcionarios de Hacienda se queden con parte de las multas aplicadas a evasores de impuestos. Pero ellos “no entienden muy bien” el mensaje, no alcanzan a “leerlo”.