Llamado la Esmeralda del Atlántico por sus aguas cristalinas, y a poco más de 300 kilómetros de la ciudad brasileña de Natal, un archipiélago deslumbrante fue descubierto en el siglo XVI por el explorador portugués Fernão de Noronha.
Llamado la Esmeralda del Atlántico por sus aguas cristalinas, y a poco más de 300 kilómetros de la ciudad brasileña de Natal, un archipiélago deslumbrante fue descubierto en el siglo XVI por el explorador portugués Fernão de Noronha.