Se dedicaba a la producción de la miel de abeja. Su predio era relativamente pequeño: no sobrepasaba de 1 hectárea. Dentro de las limitaciones propias, era una persona próspera y muy querida por sus vecinos.
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El secreto de Don Ruperto
A Don Ruperto lo calificaban como un hombre servicial y con constante preocupación por el bienestar de sus vecinos.