Ocurrió recientemente con el actual presidente del Perú, Pedro Castillo, un humilde docente y dirigente sindical que está salvando cómo puede su gobierno y que ha cambiado a todo su gabinete de ministros en cuatro ocasiones en menos de un año. Una incertidumbre total se vive en tierras peruanas.
El pasado domingo Gustavo Petro, un ex guerrillero y quien llegó a ser alcalde de Bogotá, con una modesta gestión, se impuso por una marcada diferencia y permitió que la izquierda vuelva al poder en Colombia después de 50 años. Poco les importó a los colombianos el ejemplo de su vecino Venezuela que los ha inundado de personas con hambre que cruzaron su frontera a la hora de elegir el modelo político que quieren que dirija los destinos de su país.