Un día cualquiera, la pareja de chinos, el sabio y su fiel alumno, se estaba paseando por un pequeño bosque de la comarca. De repente, el discípulo ve que, a lo lejos, había un sitio de apariencia pobre… pero, incluso, más que indigente… se podría decir que era una choza realmente paupérrima.
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La anécdota del chino despiadado
Les quiero comentar que, en un curso de reingeniería empresarial al que había asistido, el expositor nos contó esta historia. Se trataba de un chinito ya anciano, una de esas personas que conocía mucho de la vida y deambulada por la zona de su influencia. Acostumbrada estar acompañado de un fiel discípulo.