Previsiblemente, ante la emergencia sanitaria, la competencia por conseguir con celeridad vacunas de buena calidad se expresa con cierta desesperación. Aunque arduamente se ha logrado implementar el COVAX, mecanismo de compra y distribución de vacunas derivado del consenso en la Organización Mundial de la Salud, un altísimo porcentaje del esfuerzo vacunatorio está en manos de cada Estado. Los gobiernos despliegan febriles gestiones diplomáticas, comprometen los equilibrios fiscales y condicionan a largo plazo las estrategias comerciales. Se trata de conseguir cuanto antes la disminución del contagio masivo de COVID 19.
Columnas
Más flexibilidades, más vacunas, más vidas
No es broma: existe globalmente una inquietud y urgimiento por parte de los gobiernos. Para salvar vidas humanas y evitar deterioros más graves en el sistema sanitario, para revigorizar la economía y corregir la erosión del tejido social, la vacunación masiva es un recurso imprescindible.