Tal es la confianza que desarrollaron en sus ferrocarriles que en 1884 sincronizaron sus frecuencias con el Greenwich Mean Time (GMT), la universal hora meridiano de Greenwich. A partir de allí nacieron diversas actitudes entre los ingleses y sus trenes.
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Un toque demasiado inglés
Los ingleses inventaron aquello de “poner en punto los relojes con el horario del tren”.