Los gremios de la producción que demandaron al Gobierno articular medidas paliativas frente a los efectos de la sequía, aseguran que hay que prepararse para que la cadena de la soja, en su ciclo 21-22, sufra una contracción en un mínimo de 30% y, bajo ciertas condiciones extremas, la un máximo del 51%. En términos concretos y para tener una idea aproximada del daño económico, si se cumple el peor pronóstico las arcas dejarían de recibir US$ 2.200 millones al término de la comercialización del ciclo de la soja en curso. Eso implicaría, ni más ni menos, el equivalente al 27% del valor de lo exportado en 2020.
Editorial
Diversificar, una batalla a pelear
Si un solo rubro de exportación provoca semejante desbalance, la economía necesita con urgencia diversificar su matriz productiva.