El grueso del comercio exterior paraguayo depende del tráfico fluvial de barcazas de carga. El año pasado asistimos a números casi de prestidigitación para mantener navegables los canales logísticos de los ríos Paraná y Paraguay, con aperturas extraordinarias en dos de los embalses más grandes del mundo, Itaipú y Yacyretá. Pero como eso no alcanza, el otro gran recurso es el dragado de ambos ríos. Ambos procedimientos tienen sus límites. Las dos represas no pueden soltar más agua de la que les permiten sus niveles de funcionamiento óptimo. Así también, el dragado de los pasos difíciles, en especial del río Paraguay, no puede extenderse más allá de lo que establecen las normas del buen manejo de los caudales hidrológicos.
Editorial
Dos tensiones iguales y contrarias
Definitivamente, devolver la navegabilidad a ambos ríos no puede hacerse con riesgo de alteraciones graves al medio ambiente.