Hablar de un gasoducto con Bolivia, en estos días, parecería anacrónico si tenemos en cuenta la creciente tendencia a “descarbonizar” la economía que atraviesa al debate mundial. Hubo un tiempo, en los años ’90, en que la polémica nos pasó muy de cerca cuando el gasoducto Bolivia-Brasil hizo un arco pronunciado para evitar territorio paraguayo por donde podría haber pasado y dejado beneficios obvios. Pero no fue así.
Editorial
No hay política de Estado en energía eléctrica
La estabilidad de la hidroenergía en el Paraguay lleva años y no hay razones para pensar que vaya a variar en las próximas décadas.