
La Grotta es el nombre que escogieron los dos jóvenes amantes de la cocina italiana. “A los dos nos apasiona el mundo y el mercado de la gastronomía. Es por esa razón que esto empezó como un hobbie que luego se volvió un negocio gracias a la gran demanda de nuestros productos”, expresaron los propietarios.
Para arrancar con el negocio, ambos invirtieron alrededor de US$ 40 mil a US$ 50 mil para gestionar gastos de la infraestructura, equipar la cocina, capacitarse, entre otras cosas, con el fin de mejorar y dar un servicio de calidad. Cabe destacar que al principio operaban solo con el servicio de delivery y pick up.