Un máster de dirección financiera forma, desde un punto de vista práctico, para trabajar en todas las áreas del departamento de administración y finanzas (contabilidad, tesorería, costes, controller, presupuesto, fiscalidad, compras, facturación, inversiones, etc.).
Incluso si la persona no tiene en mente trabajar en un departamento financiero, cursar un máster en finanzas desarrollará su competencia de análisis de la información, tanto de su propia compañía, como de la competencia y por lo tanto, servirá para la toma de decisiones con criterio.
Los números de las empresas (sus estados financieros) hablan alto y claro, diciendo no solo lo que está pasando en la compañía, sino también lo que ocurrirá si no hacemos nada para remediarlo.