Cuanto más dulces los recuerdos, más difícil es abandonar el lugar, aunque se comprenda que es necesario hacerlo. Por eso, hoy quiero proponerles plantear la situación de otra manera: preparar la casa lo mejor posible y con sus mejores galas para los nuevos ocupantes. ¡Hay que dejar que se luzca!, que se note que fue un lugar acogedor, donde hubo mucho amor y momentos muy felices (todas las buenas razones por las que nos cuesta dejarla).
Columnas
La puesta en escena para vender una casa
Hace algunas semanas, volvió a circular en las redes sociales un conmovedor texto de autor anónimo sobre la tristeza que produce cerrar para siempre la puerta de la casa de los abuelos (que también aplica a la casa de los padres o, por qué no, la primera casa de recién casados).