Cuando le expresé esa preocupación a mi amiga, ya en la antesala del encuentro, ella sonrió y me dijo muy segura: “Cero estrés, enseguida te vas a dar cuenta de quién es el dueño, porque es el único que viste jeans”. Según su teoría, ese era el dress code de un empresario que ya podía darse el lujo de mostrarse más cómodo y relajado que los demás. Minutos después, su anuncio se cumplió y me dejó de recuerdo ese tip. Pero ahora debo hacerle un reclamo, ya que acabo de salir de una nueva reunión de trabajo en la que ¡todos los ejecutivos usaban jeans! Por suerte, esta vez, yo tenía en claro quién era el dueño de la compañía.
Columnas
¿Traje, jeans o pijama?
Hace unos años, una amiga y colega me invitó a participar de una urgente reunión de negocios en una empresa. Asistí algo intranquila porque no conocía al propietario, ni siquiera había tenido tiempo de googlearlo.