El mundo de las comidas de los altos ejecutivos ha cambiado fundamentalmente en los últimos años: en Nueva York, las compañías importantes han instalado sus sedes fuera del Midtown de Manhattan y lugares antes tan imponentes como el Four Seasons han sucumbido ante una monumental declinación de los almuerzos de negocios. En Washington, el cambio de gobierno significa un nuevo comienzo en muchos órdenes, entre ellos los restaurantes prioritarios.