¿Cuán transparente son las fuentes públicas al culminar un año más? ¿Han hecho las tareas necesarias los administradores de turno para que el acceso a la información pública se traduzca en no solo una eficaz y eficiente respuesta a cualquier ciudadano que demande cualquier tipo de información, sino en fortalecer de manera mínima y digna las oficinas de acceso a la información pública en toda la República del Paraguay? La ley 5282/14 ha sido la niña bonita en todos los discursos que hemos escuchado incansablemente por parte de los representantes de los tres poderes del Estado este año que termina. También hemos escuchado la ponderación de esta política pública por parte las cooperantes, que han destinado muchos recursos y han resaltado como única “buena tarea” de esta administración, que sí es cierto, ha empezado a poner los primeros cimientos hacia la transparencia, pero no es suficiente, ya que han podido hacer mucho más. Esto ha servido para que en muchos casos, a pesar de la resistencia y las trabas que han querido imponer algunos administradores de turno, sus prácticas y manejos oscuros por décadas les pasen la factura. Esta herramienta ha hecho que los mismos se sientan obligados a cambiar la forma de administrar la cosa pública para beneficio de todos.