Sin ir más lejos Por CRISTIAN NIELSEN
Hubo un tiempo en el que los eclipses servían para algo. No fueron pocos los pillos y aventureros que se sirvieron de sus conocimientos astronómicos para sacar alguna ventajilla. Mientras unos pocos cerebros reflexivos intentaban explicar las causas del fenómeno, otros –de mentalidad práctica- se aprovechaban de su influjo.