El comercio exterior paraguayo es un capítulo nada desdeñable aún cuando frente a los volúmenes de gigantes como Argentina y Brasil, naturalmente, sea casi insignificante. Pero esas no son las cuentas que se hacen en los grandes centros de logística a lo largo y ancho del planeta.
El ingreso que el Estado recauda a partir de los impuestos, tasas y todo tipo de aportes obligatorios debe volver al pueblo en forma de los servicios más básicos e imprescindibles.
Al margen del optimismo que parece impregnar a la representación de la Unión Europea, Paraguay no debe descuidarse a la hora de tomar compromisos por escrito en estos verdaderos tembladerales jurídico políticos que son las cumbres mundiales sobre el clima.
En un momento crucial para la economía paraguaya, se vislumbra un cambio de paradigma que podría transformar no solo la matriz energética del país, sino también su panorama económico en general.
Del “efecto resocializador de la pena carcelaria” al “Dios nos libre y nos guarde” nos separan al menos tres décadas. En los años 90, poco después del golpe del 2 y 3 de febrero de 1989, la élite emergente de aquel holocausto político que fue el estronismo comenzó a hablar de reforma del sistema penitenciario.
Luego de su triunfo del domingo pasado, el nuevo presidente argentino Javier Milei empieza a develar su gabinete. Sus dos primeros nombramientos tienen que ver directamente con cosas que nos atañen a los paraguayos.
“Una de las principales palancas (para frenar el cambio climático) es conseguir que los carnívoros ciñan su consumo a menos de 500 gramos de carne roja a la semana”. John Kerry, Enviado Especial del Presidente de EE.UU. para el Clima.
Cuando leemos sobre el entusiasmo de extranjeros por invertir en el Paraguay, uno de los atractivos descansa sobre la baja presión tributaria, es decir el relativamente reducido nivel de impuestos que impera en el sistema tributario.
Planteábamos en nuestra edición de ayer la necesidad de diversificar los renglones de la economía que participan especialmente en el comercio exterior que en esta temporada va a tener un impulso importante.
Un ex presidente del Banco Central del Paraguay celebraba en nuestra edición del lunes pasado el potencial del sector arrocero que está redondeando exportaciones por un volumen de hasta US$ 400 millones.
La reapertura del mercado norteamericano es una gran noticia para la cadena de la carne paraguaya. Significa retomar las exportaciones que quedaron truncas en 1994 con las últimas colocaciones de carne congelada y enlatada.