Pero, además de las dificultades anteriores, hay unas causas profundas, que afectan más directamente a los protagonistas, y que son mucho más difíciles de solucionar, porque pertenecen al campo de las actitudes. Y todos sabemos que cambiar una actitud no cuesta dinero, pero resulta enormemente difícil conseguirlo, al existir orgullos mal entendidos, costumbres arraigadas, posiciones mantenidas durante mucho tiempo, creencias, cultura, y otros factores más.
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Empresa Familiar: el enemigo está dentro
En el curso de su corta existencia, si hacemos caso a las estadísticas, la Empresa Familiar ha de sortear muchas dificultades: unas se derivan de la situación del país, de su estructura financiera, de la incapacidad para financiar su crecimiento y otras provenientes de la disputa del poder en la segunda y sucesivas generaciones.